El Dr. Glenn Doman, médico estadounidense, comenzó a dedicarse al tratamiento de los niños con lesiones cerebrales con el neurólogo Temple Fay. Utilizaba sus métodos, basado en movimientos progresivos, muy eficaces tanto en áreas motrices como en áreas más intelectuales. Se centraban en el trabajo con los reflejos, fundamentalmente con niños con parálisis cerebral. Al observar los progresos que se conseguían en estos niños, Doman decide trasladar sus conocimientos al resto de los niños, de manera que se potenciara su capacidad de aprendizaje. Elabora su teoría acerca del desarrollo cerebral, un Perfil del Desarrollo Neurológico y sistematiza una labor educativa, estructurada mediante programas secuenciados, con métodos precisos y eficaces.
Su
metodología de intervención se basa en aprovechar al máximo las posibilidades del individuo, siendo fundamental el momento temprano en que se comienza, ya que más adelante no se conseguirán muchas metas.
Los padres se convierten en "padres profesionales", ya que son ellos quienes deben aplicar, con la tutorización del profesional, el método a su hijo. Este método exige la repetición de las diversas actividades durante varias veces al día, lo que se traduce en horas de intervención diarias. Además, es muy estricto en cuanto al cumplimiento de estas rutinas. Por ello el padre o madre que decide aplicar el método, debe comprometerse seriamente con él.
Hola!
ResponderEliminarTengo una pista para arrastrarse o de arrastre (hecha según las especificaciones del instituto de Glenn Doman) que mi hija Irene ha utilizado hasta que ha empezado a gatear; le ha ido genial! La preparé con una medida de 90cms de largo pues nos movemos bastante y necesitaba poder llevarla en el coche allá donde fuera. Es de polipiel beige y está en buen estado. El precio por el que la vendo es de 80€, bastante menos de lo que me costó hacerla teniendo en cuenta materiales y tiempo de trabajo.
Si estais interesados/as podeis contactar conmigo en el correo irene_g_o@hotmail.com, y os pasaré fotos para que la veais.
¡Un saludo!
Irene